Se cumplen 20 años del crimen de Alcasser. Por eso y la verdad sigue sin conocerse. Aprovecho este aniversario para publicar un
magnifico documento del colectivo Palleter (Colectivo en lucha por la verdad
del caso Alcàsser) que arroja luz sobre este crimen.
Los Hechos Conocidos
Todo comenzó un viernes 13 de Noviembre de 1992. Desirée,
Miriam y Toñi, tres adolescentes de entre catorce y quince años de la localidad
de Alcàsser (Valencia) desaparecieron misteriosamente cuando iban a celebrar
una fiesta en una discoteca situada en las afueras de la vecina localidad de
Picassent. La angustia de los padres, amigos y ciudadanos no les paralizó: se
pusieron a buscar por todos los rincones de la zona y más allá. Se editaron
carteles en todos los idiomas y literalmente se "empapeló" la Comunidad
Valenciana con las fotos de las niñas de Alcàsser. Hasta el presidente del
Gobierno de entonces, sr. Felipe González les recibió en el Palacio de la
Moncloa en las Navidades de 1992 y se interesó por el caso... todo en vano. Una
fría mañana del 27 de Enero de 1993 terminó con toda esperanza: las niñas
aparecieron muertas, semienterradas en un paraje de difícil acceso conocido
como "La Romana", en el término de Llombai (Valencia).
La Verdad Oficial
La noche del 27 de Enero de 1993 se detenía a varios
sospechosos y poco después se acusaba formalmente a uno de ellos, Miguel Ricart
y se buscaba a otro, Antonio Anglés, del que se sospecha que huyó a Portugal y
después hacía Irlanda en el barco mercante "City of Plymount" donde
se perdió su pista y desde entonces se haya en paradero desconocido. En Marzo
de 1993 y en base a las "confesiones" del único detenido se
fundamentó que no había más sospechosos del triple asesinato que Miguel Ricart
y el huido Antonio Anglés.
Las máximas autoridades del derecho y la fiscalía en
Valencia, señores Luis Romero Villafranca y Enrique Beltrán, presidente del
Colegio de Abogados y Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia
respectivamente se "ofrecieron" a los padres para investigar el caso
y defender sus legítimos intereses... años después comprobaron que su gratuito
"ofrecimiento" obedecía a otros objetivos.
En Mayo de 1997 comenzó en la Audiencia Provincial de
Valencia el juicio oral contra Miguel Ricart, el único acusado por el triple
asesinato. Hasta ese momento la opinión pública desconocía muchas cosas sobre
el caso, pero gracias al esfuerzo divulgador de uno de los padres de las niñas,
Fernando García, y del periodista y criminólogo Juan Ignacio Blanco, muchas
personas en este país comenzaron a sospechar que en el caso Alcàsser se nos
estaba hurtando la verdad. Esfuerzo divulgador que les está costando a ambos
toda una cascada de querellas.
Concluido el juicio oral, en Septiembre de 1997 el jurado
compuesto por tres magistrados valencianos sentenció que Miguel Ricart era
culpable. Ricart era condenado a 170 años. El abogado de oficio de Ricart
tramitó la apelación al Supremo pero el alto Tribunal dio otra vuelta de
tuerca. En Mayo de 1999 el Tribunal Supremo presidido por los conocidos
Villarejo, Ancos y Bacigalupo sentenció en firme y dio por válida la condena a
Miguel Ricart. Mientras tanto el Ministerio de Interior, cada cierto tiempo
emitía informaciones sobre la búsqueda del otro sospechoso, Antonio Anglés,
hasta que en Enero de 2000 el entonces Secretario de Estado para la Seguridad,
sr. Martí Fluxá y el actual Director General de la Policía, sr. Juan Cotino,
confirmaron que se habían encontrado unos huesos en Irlanda que presuntamente
podrían pertenecer a Antonio Anglés. Desde entonces se está esperando la confirmación
de los análisis de ADN. Seguramente es el análisis de ADN de más duración de la
historia.
Lo que la Verdad Oficial esconde
Hasta aquí lo que se conoce como "versión oficial"
que es lo que conoce la mayoría de personas. Pero, ¿qué verdad esconde el caso
Alcàsser?.
Seguramente el caso Alcàsser sería un "caso más"
de secuestro, violación y asesinato sino fuera por la información que
revelarían las autopsias practicadas a los cadáveres, particularmente por la
segunda autopsia, practicada por el prestigioso profesor Luis Frontela, de la
cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Sevilla y por el análisis del
ADN mitocondrial de pelos púbicos practicado por el también prestigioso
profesor Angel Carracedo, director del conocido Intituto de Medicina Legal de
la Univesidad de Santiago de Compostela. ¿Qué revelaron dichas las autopsias y
los análisis de ADN?. Algo fundamental: Las niñas fueron sometidas a torturas
inimaginables (no las vamos a relatar ahora) y que al menos intervinieron siete
personas diferentes en las violaciones y torturas. Ninguno de los pelos púbicos
hayados pertenece a Miguel Ricart.
La noticia de que hubieran más personas involucradas y que
ninguna era Miguel Ricart cayó como una losa sobre la versión oficial. Pero el
fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, sr.
Enrique Beltrán supo "torear" hábilmente el temporal que se le venía
encima y apoyándose en los otros forenses "oficiales" supo imponer su
criterio al Tribunal, si bien en la sentencia de la Audiencia de Valencia se
dejaba un resquicio para seguir investigando la prometedora pista de los pelos
analizados... resquicio que fue cerrado abruptamente en la sentencia en firme
del Tribunal Supremo que consideró "inverosímil" la participación de
más personas en el triple asesinato, dando así por cerrado el caso para la
Justicia. Sin embargo son muchos los juristas que hemos consultado que
consideran que esa sentencia contradice ampliamente la propia jurisprudencia
del Tribunal Supremo que siempre ha aceptado los análisis de ADN como válidos a
efectos de continuar las investigaciones abiertas.
Sin embargo no se acaban aquí las irregularidades del caso y
que nosotros, entre otros investigadores, hemos podido averiguar en el
transcurso de los últimos meses.
Comenzando por las múltiples contradicciones del único
"acusado, testigo y portavoz de la verdad oficial" Miguel Ricart y
acabando por las múltiples "casualidades" que ocurrieron el día que
unos colmeneros "casualmente" descubrían los cuerpos sin vida de las
niñas, pasando por los "extraños" pagos por parte del Ministerio del
Interior a las familias de Antonio Anglés y Miguel Ricart, pagos de los que nos
informó un "Garganta Profunda" que, al parecer, podría pertenecer a
la Guardia Civil y del que tenemos un amplio documento en nuestra web.
Hagamos repaso a algunas de las cosas que esconde la verdad
oficial
27 de Enero de 1993. Un día plagado de
"casualidades"
0). Siete días antes (el 20 de Enero), el entonces
todopoderoso (y oscuro) Secretario de Estado para la Seguridad, el sr. Rafael
Vera, se comprometió ante Fernando García a "investigar el caso Alcàsser
desde cero", para lo cual prometió que un equipo de investigadores del
cuerpo superior de policía (y por tanto ajeno a la Guardia Civil) se
desplazarían en breve a Valencia para investigar de manera independiente... tal
equipo jamás llegó a poder investigar porque, quizá, su actuación hubiera
alterado los planes que se tenían previstos...
1). Dos días antes (el 25 de Enero) Fernando García había
viajado en dirección a Londres para emitir un programa especial de la BBC sobre
las niñas de Alcàsser. En concreto se pretendía una emisión a los países
árabes, por si las niñas hubieran caído en manos de alguna banda árabe dedicada
al tráfico de blancas. Al parecer, un conocido millonario de la jet set
marbellí financió a Fernando el viaje y los contactos en Londres. Por tanto,
Fernando García, que tanto había luchado por encontrar a las niñas, se iba a
encontrar por primera vez a miles de kilómetros de distancia de Valencia. Al
parecer el millonario marbellí, de nombre Raymond Nakachian, tenía (y tiene)
muy buenos contactos con el Ministerio del Interior: no en vano fue el
Ministerio del Interior quien rescató sana y salva a su hija de nombre Melody
de sus secuestradores unos años antes. No descartamos alguna indicación o
influencia del Ministerio sobre el tal Nakachian, pero tampoco es esencial. Lo
que sí creemos que era esencial era que desde el Ministerio del Interior se
supiera que Fernando García iba a estar a miles de kilómetros durante unos
días.
2). Un día antes (el 26 de Enero) desde el Ministerio del
Interior se decidió que al día siguiente, esto es, el 27 de Enero, se tenía que
marchar el equipo de guardia civiles que integraban el primer contingente de la
UCO (Unidad Central Operativa) que hasta ese momento había colaborado con la
guardia civil de Valencia en la búsqueda de las niñas. Para ese día, 27 de Enero,
estaba previsto que partiera desde Madrid hacia Valencia otro equipo de la UCO
para sustituir al que marchaba. Así, hubo un lapso de tiempo de entre 8 a 16
horas en el que no se encontraba ningún equipo de la UCO en Valencia.
Incomprensiblemente, se decidió desde Madrid que no era necesario que el primer
equipo esperara a la llegada de su relevo para informarle y poner al corriente
de la investigación hasta la fecha. Quizás porque se supone que de eso ya se
ocupan los "mandos"... Entendemos que había por tanto una
"ventana de oportunidad" (como dicen los estrategas) de pocas horas
para ejecutar el plan: sin observadores no deseados, sin interferencias y sin
dar demasiadas explicaciones. ¿Con qué objetivo?. Vistos los hechos
retrospectivamente queda meridianemente claro que la "chapuza" en el
levantamiento de cadáveres efectuada por el improvisado equipo de guardia
civiles locales hubiera sido inadmisible para un equipo profesional, preparado
y con más recursos como el de la UCO. De alguna manera el o los "planificadores"
de aquella mentira necesitaban tener lejos a la UCO del escenario preparado
para su momento crucial. No obstante, siendo más sutiles, puede existir otra
explicación más sencilla: quizás los "planificadores" de aquella
mentira no quisieron "enmarronar" a la UCO... quizás pensaron que
para la "chapuza" y el trabajo sucio que se advertía ya estaban otros
guardias de menor preparación.
3). El 27 de Enero de 1993, por la mañana y temprano, dos
apicultores de Llombai (Valencia) se disponían a "ver" sus colmenas
una fría mañana de Enero... y decimos a "ver", porque que sepamos en
pleno invierno las abejas no están para hacer/ofrecer mucha miel. A partir de
entonces, el resto es historia, "historia oficial": José Sala y Gabriel
Aquino, los dos apicultores, descubrieron "casualmente" la fosa con
los cuerpos semienterrados de las niñas de Alcàsser, avisaron al puesto más
cercano de la guardia civil, esperaron un buen rato a que un "equipo
especializado" (en realidad un grupo de la brigada de atracos) subiera
hasta la fosa, se encontró (también "casualmente") el "famoso
papelito" con el nombre de Anglés, al que van a buscar y presuntamente
"escapa" etc. etc. y también ("casualmente") se pusieron
trabas a que el forense independiente, doctor Frontela, acudiera a la primera
autopsia con los forenses "oficiales"... pero de eso ya hablaremos en
una próxima carta. Así, los dos descubrimientos más importantes del caso
Alcàsser (encontrar los cuerpos de las niñas y la identidad del asesino por un "papelito"
igualmente encontrado casualmente en los alrededores) sucedió cuando unos
apicultores deciden caprichosamente ir de "excursión" a ver sus
colmenas y mientras Fernando García está a miles de kilómetros de Valencia y
los miembros de la UCO están, también, de viaje...
Si alguien quiere seguir tragando esas
"casualidades" como fruto del azar, allá cada cual con su conciencia:
cada uno es libre de creerse lo que quiera, pero, por favor, que ningún poder
político, policial, mediático o judicial nos diga lo que tenemos que creer:
muchos valencianos ya estamos hartos de tanto abuso a nuestra condición de
personas "muelles" (como dijo una vez un rey borbón) y tolerantes.
Esto se acabó.
En nuestra personal e intransferible opinión pensamos que de
alguna manera el o los "planificadores" de aquella mentira
necesitaban que toda la operación se abriera y se cerrara el mismo día, como
así fue: prácticamente no quedaron "flecos" relevantes, salvo el
asunto de las autopsias, pero para eso tuvieron a un "eficaz" equipo
de forenses adoctrinados para "limpiar" ("adecentar" dice
el Sumario) cualquier resto en los cuerpos que pudiera contradecir a la
"versión oficial"...
Ahora, juzguen ustedes estas tres "casualidades"
(cinco, si sumamos lo del curioso "papelito" y la presunta "fuga"
de Antonio Anglés... y posiblemente hayan más que desconocemos) y observen
hasta que punto "alguien" con el poder o/y la información suficiente
(en el Ministerio de Interior o/y en el Cesid, nos da igual) podría planificar
el día "D" del descubrimiento de la fosa con facilidad. Y, suponiendo
que el Ministerio no influyó en el hecho (1), bastaba con que (2) y (3) se
"sincronizasen" con el hecho (1). Tan sólo faltaba una cosa: lograr
la colaboración de los apicultores Sala y Aquino. Si el Ministerio o el Cesid
conocían de antemano el momento del descubrimiento es porque también debían de
conocer el lugar... y, si es así, entonces la respuesta a esa pregunta es
obvia: sólo personas allegadas al Ministerio o al Cesid podrían haber colocado
los cuerpos sin vida de las niñas en aquél lugar, dando así coherencia a la muy
plausible hipótesis del doble enterramiento defendida por el profesor Frontela.
Las 7 mentiras de "La Romana". Demasiadas mentiras
para el lugar oficial del crimen.
(1) El trayecto hasta el paraje de La Romana. De una elevada
dificultad, aún hoy a pesar de que ha mejorado algo desde 1993 a decir de los
vecinos y lugareños. Nosotros lo hemos intentando, y es imposible. En algunos
tramos tuvimos que optar por bajar alguno o de lo contrario estropeábamos el
coche (íbamos cuatro personas, que en conjunto calculamos pesaríamos lo mismo
que Ricart, Anglés y las tres niñas)... ¿es creíble lo que dice la versión
oficial respecto a esto?... para nosotros, en absoluto. Y si así fuera, en el
coche de Ricart deberían haber quedado señales indelebles del
"maltrato" a los bajos del vehículo. Pero tal cosa nos consta por el
Sumario que nunca se hizo ni se intentó averiguar. Volvemos a lo de siempre:
jamás se intentó reconstruir que lo que decía Ricart era posible.
(2) La Caseta. En la inspección ocular y en las fotografías
que realizaron los miembros de la UCO no aparece ni una sola mancha de sangre
en toda la estancia, ni en la planta baja ni en la buhardilla donde
presuntamente se realizaron las torturas y violaciones. Eso sí, tan sólo un
único indicio: un pendiente que "casualmente" se encontraba en la
buhardilla y atribuido por los padres a una de las niñas... es decir, el lugar
estaba completamente "limpio" de signos de violencia, pero eso sí, se
encontró dicha prueba... ¿es creíble?... para nosotros, en absoluto. Pero,
entonces, ¿quién pudo dejar el pendiente tan a propósito?... ¿posiblemente el
mismo o los mismos que dejaron el "papelito" de la seguridad social
de Enrique Anglés?. La Caseta sigue siendo hoy en día un lugar inhóspito, lleno
de mugre y basura. Algunas jeringuillas al parecer recientes nos muestran que
de vez en cuando acude alguien a pincharse. Hubiera sido muy interesante y
revelador para la investigación que Miguel Ricart hubiera ido acompañado por
los guardias y que hubiera intentado reconstruir lo sucedido en la Caseta de la
Romana. Pero quizá era más fácil que se aprendiera un "guión"
previamente fabricado (se dice que "el papel lo aguanta todo") que no
hacer el "paripé" en el supuesto lugar de la escena del crimen.
(3) El trayecto desde la Caseta hasta la Fosa. Según la
versión oficial las niñas recorrieron malheridas el trayecto desde el lugar de
las torturas y violaciones (la Caseta) hasta la Fosa, donde serían asesinadas a
sangre fría de un disparo en la cabeza por el "malo" oficial (Anglés)
y posteriormente enterradas. Hay que recordar que dicho trayecto no es fácil,
pues está cuesta arriba (la Caseta está dos o tres curvas de nivel más baja que
el lugar de la Fosa) y les separa una distancia aproximada de unos 750-800
metros. La pregunta es obvia: ¿podían las niñas prestarse a semejante
"paseo" hasta el lugar de su muerte soportando el dolor de sus
heridas?. Recordemos que algunas de las torturas infligidas a las niñas debieron
causarles un fuerte shock, por ejemplo en el arrancamiento de un pezón. ¿En
verdad puede alguien creerse que una persona tan malherida puede caminar 800
metros y cuesta arriba?.... ¿es creíble?... para nosotros, en absoluto.
(4) La alfombra o moqueta. Parece que no hay acuerdo en si
era una alfombra o una moqueta lo que envolvía los cadáveres de las niñas. Para
la Guardia Civil era una moqueta. Para algunos de los testigos (curiosamente
los tres únicos "civiles" que se encontraban allí: los dos colmeneros
y el funerario) era una alfombra y además una alfombra de cierto valor. Pero la
cuestión "increíble" para nosotros no es esa, sino que en la alfombra
o moqueta se puede apreciar dos contradicciones con la versión oficial: no hay
rastro de sangre y no hay casi rastro de barro. Tanto una cosa como la otra son
muy relevantes pues como hace poco comentábamos en el foro con un amigo, sí en
los cadáveres no quedaba ni una gota de sangre y las torturas y heridas les
tuvieron que ocasionar pérdidas de sangre... ¿dónde están los restos de
sangre?... no hay en la Caseta, no hay en el trayecto hasta la Fosa... y
tampoco hay en la alfombra o moqueta. Y tampoco hay prácticamente restos de
barro. Esto es un detalle importante porque los cuerpos de las niñas estaban
cubiertos de barro... sin embargo la alfombra o moqueta, que según la versión
oficial se utilizó para envolver y cubrir los cuerpos durante 75 días, no tiene
prácticamente ni rastro de barro, hecho que contrasta en las fotografías del
Sumario. ¿Cómo es esto posible?... ¿es creíble?... para nosotros, en absoluto.
(5) El "papelito" de Enrique Anglés. Dejamos para
el final el aspecto más "cómico" del caso, algo así como el "más
difícil todavía" del caso Alcàsser, algo así como: "cómo identificar
a un asesino con una prueba increíble, encontrada cerca del lugar del crimen y
transcurrido un tiempo importante". Como recordaréis el
"papelito" hallado cerca de la Fosa tuvo una importancia crucial en
el caso pues su descubrimiento permitió "legitimar" la sospecha de
que alguien de la familia Anglés estaba tras el triple asesinato. Francamente
es un "cuento" que ya nadie se cree y que en nuestros pueblos sigue
causando cierta hilaridad... pero parece que esa "sabiduría popular"
se la trae al fresco a nuestros "experimentados" jueces, fiscales y
policías que en lugar de sospechar y ponerse en alerta ante una prueba tan
inaudita, hacen precisamente lo que se supone que no debía hacer un
investigador serio: dar por sentado que existe una conexión entre el
"papelito" y el caso. Todos los investigadores profesionales a los
que hemos consultado, tanto privados como algunos policías que dicho sea de
paso quieren permanecer en el anonimato no sea vayan a perder el empleo por
opinar y decir cosas sensatas, nos dicen justamente lo que nosotros pensamos:
lo correcto era suponer que el "papelito" encontrado en la Romana fue
dejado de manera intencionada para "señalar" a un cabeza de turco...
pero nuestra "perspicaz" policía hizo todo lo contrario: supuso que
el "papelito" era la prueba crucial que resolvía el caso, luego se
montó una "redada" absurda que los mismos investigadores consultados
nos indican que lo "profesional" hubiera sido montar un dispositivo
de vigilancia y seguimiento de los Anglés y no la "chapuza"
improvisada que hicieron sus colegas de la Guardia Civil que, además, provocó
(oficialmente) la "espantada" del presunto asesino de las niñas.
Experimento en La Romana. ¿Es creíble que un
"papelito" troceado del tamaño aproximado de una cuartilla y de peso
similar pueda permanecer por 75 días en un lugar próximo a la Fosa?. Nosotros
lo hemos intentado, y en diferentes épocas de este año en las sucesivas veces
que hemos subido a la Romana. Dejamos troceadas unas cuartillas de diferentes
colores y colocadas aleatoriamente para ver si era posible que permanecieran
relativamente juntas y próximas al lugar donde las dejábamos. ¿Resultado?. En
la mayoría de ocasiones (el 85%) y en diferentes épocas del año se producía el
mismo resultado: los "trozos" de las cuartillas se alejaban unos de
otros, a veces a distancias importantes (más de 20 metros) y en ocasiones
"desaparecían" pues hubieron al menos un 30% del total de casos en
que no encontrábamos los trozos. Suponemos que porque se alejaban a mucha más
distancia por efecto de los fuertes vientos de la zona (hay que resaltar que la
zona de la fosa está más elevada que la de la caseta y por tanto más expuesta a
la intemperie). Tan sólo un exiguo 15% de nuestros "papelitos"
permanecían a menos de 20 metros del lugar donde originalmente los dejábamos y
en todos los casos porque quedaban atrapados en algún matorral y por tanto más
"protegidos" de la acción del viento. Así pues, en nuestra opinión,
el "papelito" tuvo muchas más posibilidades de haberse
"colocado" intencionadamente muy pocos días u horas antes de
descubrirse ("casualmente", no lo olvidemos) la fosa con los
cadáveres de las niñas.
Si todo lo que dice la versión oficial respecto al lugar del
crimen es totalmente increíble (al menos para nosotros que hemos intentado
reconstruir algunos casos que la versión oficial da por creíbles), entonces
sólo resta hacerse una pregunta que al parecer jamás pasó por la cabeza del
juez Bort, del fiscal Beltrán ni de la policía judicial: ¿quién llevó y enterró
a las niñas de Alcàsser en la fosa de La Romana?... ¿fueron los verdaderos
asesinos? (algunas versiones apuntan a eso)... o ¿fueron personas pertenecientes
a eso que se llama "las alcantarillas" del Estado? (a eso apunta la
carta de "Garganta Profunda" en su diálogo con la fuente de
información llamada "Bernardo").
(6) El "descubrimiento" de los colmeneros. En
anteriores cartas ya tratamos este asunto y ya anunciábamos nuestra intención
de seguir investigando a los apicultores Gabriel Aquino y José Sala, para
aclarar directamente con ellos la gran cantidad de "casualidades" que
tuvieron lugar el 27 de Enero de 1993, fecha del "descubrimiento" de
la fosa donde estaban semienterradas las niñas de Alcàsser. Pues bien, desde
entonces y tras fracasados intentos de ponernos en contacto con los colmeneros
por fin lo conseguimos hace unas pocos días y por separado. No sin problemas
porque ambos dos estaban (particularmente Sala) reacios a colaborar con
nosotros. Tras intentar romper el muro de silencio que tanto Sala como Aquino
mostraban, repitiendo que no tenían nada más que añadir que lo dicho en el
juicio contra Miguel Ricart en Junio de 1997, al final y como dándonos una leve
esperanza, Gabriel Aquino, un hombre ya próximo a los ochenta años pero bien
conservado y que no desearía marcharse de este mundo con una carga de
conciencia, nos confesó que lo que más desearía en este mundo es poder contar a
los padres de las niñas la verdad de lo que sucedió ese 27 de Enero de 1993,
pero directamente y sin intermediarios. Para nosotros fue suficiente. Nos
marchamos con la seguridad de que la abrumadora cantidad de detalles y
"casualidades" de ese día, algunas desconocidas por ellos, habían
hecho mella en su conciencia. Incluso percibimos un amago de vergüenza y
sentimiento de culpa en Aquino, un hombre religioso, que en aquel Enero de 1993
se prestó a jugar el papel clave de una mentira de Estado.
(7) Anglés y Ricart en el bar "Parador". Según la
Guardia Civil (y posteriormente la sentencia de la Audiencia de Valencia),
Antonio Anglés y Miguel Ricart bajaron desde La Romana la noche del 13 de
Noviembre de 1992 a comprar unos bocadillos y bebida al bar "Parador"
de Catadau. Sin embargo, los propietarios del bar, Arturo Ortega y Ana Flores,
que no son de esa clase de personas que se cohiben ante unos tricornios,
dijeron en el juicio oral y siguen manteniendo hoy en día que jamás confirmaron
eso a la Guardia Civil. Para que se pueda comprender la secuencia completa de
los hechos hemos incluido algunos textos extraídos del Sumario 1/93 y de la
Sentencia 287. Extracto de la Diligencia de la Guardia Civil firmada por el
sargento instructor Pablo Pizarro el 9 de Marzo de 1993:
"Que en la declaración prestada por Miguel Ricart se
expone que la noche del 13 de Noviembre de 1992, tras violar a las niñas y
dejarlas atadas, se fueron a un bar de Catadau donde compraron bocadillos y una
ensalada, para llevárselo a cenar a la caseta (de La Romana) donde habían
dejado atadas a las niñas. Que comprobando esta manifestación se ha averiguado
que: la citada noche, sobre las 24 horas, en el bar denominado
"Parador" de la localidad de Catadau (Valencia), llegaron los
llamados Miguel Ricart y Antonio Anglés, que estos individuos pidieron tres
bocadillos, una ensalada y bebida que se llevaron sin consumirlos en el
establecimiento. Que estos datos han sido obtenidos del propietario del bar
"Parador", llamado Arturo Ortega, vecino de Catadau, persona no muy
colaboradora y con muchos reparos a firmar su manifestación, y de su esposa,
mujer que estuvo esa noche en el bar y que recuerda perfectamente que entraron
Miguel Ricart y Antonio Anglés y pidieron bocadillos y ensalada."
Pero, en el juicio oral, Antonio Ortega y su mujer Ana
Flores afirmaron bajo juramento:
Arturo Ortega: "Que a la Guardia Civil, el 13 de
Noviembre Antonio Anglés y Miguel Ricart nunca les he dicho que bajaron a
comprar unos bocadillos. Que recuerdo que vinieron un viernes por la noche. El
día no lo recuerdo. Era un viernes, era por la noche, de 11 a 12 de la noche.
Que recogieron tres o cuatro bocadillos, una ensalada en recipiente de poner
pollos asados, y una botella de agua de litro y medio. Quien entró fue Ricart.
Que quién se quedó fuera en el coche no sé quién era."
Ana Flores: "Que nunca he declarado a la Guardia Civil
que el 13 de Noviembre Miguel Ricart viniera a mi establecimiento. Que no
firmamos porque no coincidía lo que se manifestaba con lo que era. Que la persona
que estaba fuera, estaba junto a una palmera. Que no reconocí a esa persona
como Antonio Anglés. No era Antonio Anglés, porque Antonio era o es muy alto, y
ese chico era un poquito más bajito. Que características que pueda decir de
esta persona, sería muy parecida a Mauricio, y más o menos de su complexión
física."
Como dice Juan Ignacio Blanco en su libro "¿Qué pasó en
Alcácer?": "durante cinco años, el juez instructor sr. Bort, el
fiscal sr. Beltrán y los abogados habían estado convencidos que los dueños del
bar "Parador" de Catadau habían afirmado que Ricart y Anglés
estuvieron en su bar la noche del 13 de Noviembre..."
Si los testigos se negaron a firmar y a reconocer los hechos
que decía el sargento instructor: ¿por qué en la diligencia de la Guardia Civil
se sigue manteniendo la farsa del "guión" de Miguel Ricart?.
Quizá no lo sabremos nunca, pero lo bien cierto es que en la
sentencia 287 del 5 de Septiembre de 1997 la "versión" que prevaleció
fue la de la Guardia Civil:
"... acto seguido, el acusado (Miguel Ricart), en
compañia de otra persona (Antonio Anglés), se dirigió a donde estaba
estacionado el coche, y con el mismo bajó hasta Catadau, y en el bar
"Parador" compró bocadillos, ensalada y agua, subiendo de nuevo a la
caseta (de "La Romana") para cenar."
¿Para qué sirve entonces el testimonio de los testigos si la
Justicia hace más caso a la versión mentirosa de los aparatos del Estado?.
"Hipótesis escasamente verosímiles"
Sentencia 287/1997 de la Audiencia de Valencia por la que se
condena a Miguel Ricart.
"... por cuanto que el informe practicado por los
peritos del Instituto de Medicina Legal de Santiago de Compostela, relativo al
análisis del ADN mitocondrial de diversos pelos y vellos encontrados en los
cadáveres (encontrados por el profesor Frontela, pero no aludido en la
sentencia) establece una alta probabilidad de que otras personas pudiesen
intervenir en los hechos enunciados en las presentes actuaciones, circunstancia
que constituye un factor sobresaliente para que SEA AMPLIADA LA FASE
INVESTIGATORIA CON LA PRACTICA DE CUANTAS DILIGENCIAS SE CONSIDEREN
CONVENIENTES PARA EVIDENCIAR O DESCARTAR LA POSIBILIDAD REFERIDA, TRAMITE
PROCESAL QUE TIENE RECONOCIDO EL TRIBUNAL SUPREMO EN RELACION CON DETERMINADAS
CAUSAS ANTERIORES....".
Pero, al parecer, el Tribunal Supremo no se dio por aludido
y taponó oficialmente la vía de la investigación de los pelos y vellos
encontrados:
Sentencia 803/1999 del Tribunal Supremo por la que se
ratifica la condena a Miguel Ricart.
"... deducciones que le hubiesen podido perjudicar (en
referencia a Miguel Ricart), AUNQUE SERIAN SEGURAMENTE LOGICAS Y ADMISIBLES (en
referencia al párrafo anterior de la Sentencia 287/1997), INTRODUJO HIPOTESIS
ESCASAMENTE VEROSIMILES COMO LA PARTICIPACION DE OTROS DELINCUENTES, ADEMAS DEL
SENTENCIADO (Miguel Ricart) Y DEL REBELDE (Antonio Anglés)."
Es decir, de un plumazo el Tribunal Supremo contradice su
propia jurisprudencia (siempre a admitido la prueba del ADN) y se carga por las
buenas un hecho contrastado científicamente (el hallazgo de hasta 15 pelos y
vello pertenecientes como mínimo a 7 personas distintas a resultas del análisis
de ADN), conseguido con la paciencia y el trabajo profesional de dos
especialistas independientes: profesor Dr. Luis Frontela de la Universidad de
Sevilla y profesor Dr. Angel Carracedo del Instituto de Medicina Legal de
Santiago de Compostela... calificándolo burdamentes de HIPOTESIS ESCASAMENTE
VEROSIMILES. En fin, juzguen ustedes mismos.
Además, curiosamente el Tribunal valenciano, para evitar la
contradicción que supone acusar a Miguel Ricart y a la vez reconocer que no hay
pruebas biológicas contra él (ninguno de los pelos encontrados es de él), se
inventa una curiosa demostración: Miguel Ricart "demuestra" su
culpabilidad porque comenzó a declararse no-culpable cuando se enteró que no
había evidencia biológica contra él (lo cual tampoco es cierto: ver la
secuencia de "confesiones" de Miguel Ricart en nuestra web)... en
otras palabras, Miguel Ricart no se puede "beneficiar" de esa falta de
pruebas biológicas porque el ya se autoinculpó en 1993... Sin comentarios.
Así la situación actual es ésta paradoja: existe la terrible
evidencia de unos pelos y vellos encontrados en los cadáveres y en lugares no
contaminados (no afectados por manipulaciones posteriores a su hallazgo) y
existe la información genética del ADN de al menos 12 de los 15 pelos
encontrados, pertenecientes como mínimo a 7 personas distintas (por cierto,
ninguno corresponde a Miguel Ricart o a Antonio Anglés)... pero como el
Tribunal Supremo, en un abuso de autoridad más propio de la dictadura ¿quién le
ha otorgado poder para anular una prueba pericial que nadie ha podido
contradecir?) dice que eso no es más que una "hipótesis escasamente
verosímil", entonces, la terrible evidencia, el hecho irrefutable, debe
callar para siempre ante la "autoridad" del Supremo... pero,
NOSOTROS, EL PALLETER, NOS RESISTIMOS A CALLAR LA EVIDENCIA
Y EL HECHO CONTRASTADO CIENTIFICAMENTE: HAY, COMO MÍNIMO, SIETE CULPABLES DEL
ASESINATO DE TOÑI, DESIRÉE Y MÍRIAM, CULPABLES QUE ANDAN LIBRES Y SIN TEMOR A
SER INVESTIGADOS PORQUE LA JUSTICIA DEL ESTADO ESPAÑOL, EN CONSONANCIA CON LA
VERSION OFICIAL DEL MINISTERIO DEL INTERIOR ASÍ LO HA DECIDIDO.
La lucha por la verdad continúa
Desde El Palleter seguimos luchando por la verdad del caso
Alcàsser a la vez que queremos dar a conocer otras mentiras de Estado. Sabemos
que no estamos solos en esta lucha, por ello queremos pedir vuestra
colaboración para seguir presionando a los medios de comunicación estatales y
al Estado para que nos digan la verdad del caso Alcàsser y no nos cuenten más
mentiras sobre Anglés y Ricart.